La Traqueobronquitis Infecciosa Canina es lo que comúnmente conocemos los propietarios de perros como la Tos de las perreras y se puede definir como una enfermedad de origen infeccioso que produce inflamación en las vías respiratorias. Ésta inflamación en las vías respiratorias produce el síntoma por excelencia de esta afección: una tos seca que a veces nos hace pensar que nuestro perro se ha comido algo y lo tiene en la garganta intentando expulsarlo.
Otro aspecto también muy característico de esta enfermedad es que es muy contagiosa y aunque en principio se puede dar en cualquier época del año, cabe destacar que aumenta su incidencia con el invierno y los cambios bruscos de temperatura.
La Tos de las perreras se contagia por contacto directo con otros perros enfermos o a través del aire. Actualmente es una enfermedad tan extendida que si bien es cierto que siempre hay más riesgo de contagio en lugares donde hay alta concertación de animales, no debería extrañarnos el contagio de nuestro perro al entrar a un recinto donde previamente ha estado un perro enfermo (un ascensor por ejemplo) o simplemente en una paseo por la calle al cruzarnos con otro animal que lo padezca.
Como veis todo esto encaja con los cuadros de gripe que tenemos los humanos, así que me atrevo a denominar este enfermedad como “Gripe Canina”.
Decíamos antes que la Tos de las perreras es una enfermedad de origen infeccioso, pues bien, para complicarnos un poquito más las cosas a los propietarios de canes, los agentes que la causan pueden ser además múltiples y tanto de origen vírico (parainfluenza y adenovirus) como bacteriano (bordetella bronchiséptica). Incluso a veces el proceso es una combinación de varios de éstos agentes.
La única prevención posible para la Tos de las perreras es la vacunación. Así los expertos nos recomiendan que además de vacunar anualmente a nuestros perros de la vacuna antirrábica (obligatoria en España para todos los perros) les revacunemos también todos los años con una vacuna del tipo heptavalente, de manera que además de proteger a nuestros perros contra las enfermedades caninas más frecuentes y/o peligrosas (parvo, moquillo, hepatitis y leptospirosis) también lo haga sobre dos de los agentes víricos que causan la temida “Gripe Canina” (adenovirus y parainfluenza). No obstante, siempre nos quedaría pendiente aplicar una protección frente a la parte bacteriana que la puede causar (bordetella bronchiséptica) y esto ya es remediable gracias a las vacunas intranasales contra ésta bacteria que últimamente comercializa algún laboratorio. Es una vacuna de fácil aplicación, tan solo unas gotitas aplicadas en la nariz de nuestro perro y en 72 h. ya tendrá inmunidad total frente a esta bacteria.
Así que si queremos estar seguros de haber hecho todo lo posible para evitar que nuestro perro sea atacado por la Tos de las perreras debemos ser conscientes de revacunar cada año con una vacuna heptavalente junto con la vacuna intranasal de la Tos de las perreras.
Sin embargo, si no hemos puesto estas barreras y nuestro perro acaba “griposo” debemos tener en cuenta que ésta no es una enfermedad peligrosa, que no se contagia a las personas y que normalmente desaparece en pocos días, aunque siempre está bien que nuestro veterinario revise a nuestro perro al menos para que le recete algún antitusivo que alivie un poco esa tos tan persistente.
A pesar de todo, siempre hay que recordar que igual que ocurre con los procesos griposos humanos, en algún caso puede surgir alguna complicación y precisar de la administración de algún antibiótico, sobre todo en animales mayores, cachorros o con sistemas inmunes debilitados, porque si se complica el proceso nuestro perro puede acabar con una neumonía. De ahí siempre la recomendación de una visita de control a nuestro veterinario ante el primer síntoma de la Tos de las perreras.
También cabe destacar que al igual que cuando nosotros estamos griposos intentamos no propagar nuestros virus y bacterias por el resto de nuestros círculos familiares o de amistad si nuestro perro padece Tos de las perreras debemos evitar que se acerque a otros perros y por supuesto el llevarlo a una Residencia Canina o cualquier acto de tipo canino que implique la concentración de muchos de ellos, porque entonces habremos expuesto a un numero elevado de perros a este proceso tan desagradable. No obstante, a veces será inevitable porque nuestro perro puede estar incubando el proceso sin que nosotros seamos conscientes de ello porque aún no hemos visto ningún síntoma y mostrarlos cuando ya lleva dos días en una Residencia Canina o en plena clase en grupo de adiestramiento, así que también hay que dejar al azar la posibilidad de que las cosas ocurran porque tienen que ocurrir y que no sirve de nada buscar culpables ¿Acaso nosotros buscamos a quien culpar cuando cogemos una gripe en la oficina?.
Muchas gracias por leer éste post hasta el final, puedes ver más información sobre nosotros en Nariz de Nieve.
¡Os esperamos!