El final de la vida de nuestro perro es algo que los propietarios de perros en algún momento nos planteamos. Decirles adiós siempre es complicado y en muchos casos el proceso para superar la muerte de tu perro es lento y doloroso.
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Cómo afrontar la muerte de un perro
A veces se van de una forma inesperada y nos quedamos tristes porque no tuvimos tiempo de reaccionar y despedirnos de ellos de una forma concreta. Otras veces nosotros somos los que tomamos la decisión de poner fin a su camino porque sus condiciones físicas no son buenas.
El caso es que de una u otra manera, nos tocará perderlos y llevar a cabo el duelo por su pérdida, tarea complicada por más que nos queramos hacer los fuertes delante de otras personas.
Queremos compartir con vosotros un texto anónimo, que hace muchos años que circula en el ámbito canino y que al menos a nosotros, nos ha producido alivio a la hora de afrontar la pérdida de alguno de nuestros perros:
“Aquellos que atravesaron el Puente del Arco Iris”
Justo a este lado del cielo existe un lugar donde hay un puente que une el Cielo con la Tierra. Es llamado EL PUENTE DEL ARCO IRIS y se llama así porque está hecho con todos los colores del Arco del Señor.
Cuando un animal muere y ha estado especialmente unido a alguien aquí, esta mascota va al PUENTE DEL ARCO IRIS. Está lleno de praderas, colinas y valles cubiertos de verde y fresca hierba donde nuestros especiales amigos pueden jugar y correr juntos.
Allí también hay agua y comida y el tiempo es agradable y cálido, como si siempre fuera primavera, para que nuestros amigos se sientan a gusto.
Allí los animales viejos o enfermos vuelven a tener juventud y vigor, y aquellos que han sido heridos o mutilados, son recompuestos y recuperan su fortaleza de nuevo, tal y como nosotros los recordamos en nuestros sueños de días que ya se fueron.
Allí los animales están felices y contentos excepto por una pequeña cosa: ellos añoran a alguien, a esa persona especial que amaron y que un día tuvieron que dejar atrás.
Y mientras corretean y juegan juntos, llega el día en que uno de ellos de repente se detiene y mira a lo lejos. Sus brillantes ojos atentos, su ansioso cuerpo se estremece, sus orejas alerta.
Súbitamente se separa del grupo y volando sobre la verde hierba, sus patas le llevan cada vez más y más deprisa.
TU HAS SIDO DIVISADO, y cuando tú y tu especial amigo finalmente os encontráis, os fundís en un jubiloso abrazo, que nunca se volverá a romper.
Besos de felicidad llueven sobre tu cara, tus manos vuelven a acariciar su amada cabeza y tú una vez más miras dentro de los sinceros ojos de tu mascota, durante tanto tiempo lejos de tu vida pero nunca ausente de tu corazón…
…Y ENTONCES CRUZÁIS EL PUENTE DEL ARCO IRIS JUNTOS, PARA NO SEPARAROS JAMÁS.
Anónimo
Consejos prácticos para superar la muerte de un perro
No hay receta infalible sobre qué se puede hacer en un momento de dolor como el que estarás pasando al perder a tu perro. Pero permítenos dejarte algunas recomendaciones:
- Acepta que estás en un momento de duelo y por tanto así tendrás que vivirlo pasando por las 5 fases que lo componen para poder superarlo: la negación, el enfado, la negociación, la depresión y la aceptación. Te llevará un tiempo que debes permitirte.
- Expresa tus sentimientos, pon palabras a lo que sientes y no te avergüences ni de sentirlo ni de mostrarlo. Dar salida a esos sentimientos y emociones harán que sea más llevadero el momento.
- Tu compañero es insustituible, pero si eres de los que no concebimos una vida sin un perro adopta otro perro cuando así lo sientas. No lo compares, no será ni mejor ni peor, será distinto y disfrutaréis juntos de nuevas experiencias.
Ojalá algo de lo que te hemos dicho te ayude a superar la muerte de tu perro y suavizar el momento que estás viviendo.
Muchas gracias por leer este post hasta el final, puedes ver más información sobre nosotros en Nariz de Nieve.
¡Te esperamos!
Cuando falleció mi perra, quedaba 1 semana para cumplir mis 17 años… Fue muy duro para mí dado que, desde los 9 años, ella fue mi única mejor amiga. Era un pastor alemán, rescatada de la calle en pésimas condiciones, costó sociabilizarla con personas y que confiase en nosotros pero valió la pena. Íbamos a todos lados juntas, comíamos juntas, cuando iba al baño venía conmigo, dormíamos juntas y a veces nos bañabamos juntas… Éramos ella y yo, solo existía ella para mí y sé que para ella solo existía yo. Íbamos a la montaña y a la playa siempre que podíamos, jugábamos, cuando enfermaba ella se tumbaba conmigo a cuidarme y cuando ella enfermó mi vida se paró… Cáncer, primero de mama y después era un árbol de Navidad: todo su cuerpo se iluminó en las pruebas… 23 de noviembre del 2012, ese día, culpé a todos por lo que le pasaba e incluso llegué a sentir odio hacia los que tomaron la decisión de dormirla. Pero ese día ella me miró y empujó mis manos con sus patas, como diciéndome que no la hiciera sufrir más y entonces les dije que se la llevasen, la abracé durante horas, lloré y hasta mis 21 años no tuve valor de entrar en mi habitación y dormir en mi cama… A día de hoy con 24 años sigo pensando en ella cada día y la echo de menos, pero el dolor sanó y hace unos meses durmieron a mi perro con casi 20 años…. Se estaba quedando ciego, sordo y le empezaban a dar ataques epilépticos a la par que alzehimer. El dolor estaba, pero era distinto, lo asimilé mejor y supe que era mejor dormirle que hacerle sufrir. Ahora ambos están juntos en el arcoiris y cuando me llegue el momento, sé que estarán ahí esperándome para jugar y darles cariño. ❤️
Atenea muchas gracias por compartir con nosotr@s esta historia tan especial.
Es cierto que cuando llega el momento de decirles adiós es muy difícil y por lógica con los años que viven en comparación a los que vivimos nosotros nos tocará más de una vez despedirnos de ellos. Pero lo más importante es que sólo la persona que ha creado un vínculo tan fuerte con un perro sabe lo que es el amor totalmente incondicional que nos brindan. ¡Enhorabuena por haber disfrutado de tus dos perretes!